1.10.09

CASCO HISTORICO DE SANTA ANA


El proyecto de la Restauracion Paisajística del Casco Histórico de Santa Ana (CSHA en el texto) se inscribe dentro del marco del Convenio firmado entre la Asociación de Paisajismo y la Municipalidad de Santa Ana.
El sitio por intervenir incluye las tres cuadras centrales de la ciudad de Santa Ana (iglesia, plaza de fútbol y escuela Andrés Bello), las calles circundantes y el acceso a sus viviendas y comercios.
La importancia de este proyecto es múltiple. En principio, representa histórica, cultural y económicamente a todo el cantón de Santa Ana, un cantón de gran importancia en el Gran Área Metropolitana por sus tradiciones arraigadas en su pasado rural (la piedra laja, los cebolleros), su sol ardiente y su presente y futuro, caracterizados por el desarrollo urbanístico.
Ademas, el sitio contiene elementos esenciales para la vida del cantón: la iglesia, centro de recogimiento espiritual y monumento arquitectónico reconocido como patrimonio nacional; la plaza de fútbol, donde palpita el corazón de todo mejenguero y componente primordial en la vida deportiva y social de la comunidad; la escuela, representante de la educación y de la juventud; los comercios y servicios diversos, terminan de darle toda su funcionalidad a la ciudad.
Finalmente, como tercer punto y probablemente el de mayor relevancia, estamos en presencia de un espacio público que debe ser representativo e incluir a los santaneños en toda su diversidad, sus expectativas y el uso que puedan hacer de él.
Con estos principios bien asimilados nos dedicamos, antes y durante el proceso de conceptualización, a hablar con las personas, con representantes de la Municipalidad y de otras entidades y grupos comunitarios. Escuchamos sus ideas, expusimos las nuestras y debatimos. Recorrimos varias veces el sitio y analizamos su funcionamiento.
El principal defecto que identificamos durante esos recorridos es la ausencia de lo que los paisajistas llamamos el espíritu del lugar (genius loci). Existen elementos fuertes dentro del sitio, pero ningún carácter común, ningún lazo. Todos los elementos que conforman el CHSA están desligados y no funcionan en contexto, sino que lo hacen por sí solos. La iglesia es un imán que atrae a numerosos feligreses, la plaza de fútbol atrae a los deportistas, la escuela atrae a sus alumnos, los comercios atraen a sus clientes, pero todos parecen hacerlo dándose la espalda, en autarcía, sin que exista lugar de encuentro. Esto se debe esencialmente a la conformación física del espacio. Las calles de paso vehicular son un primer e importante obstáculo físico, y las mallas y topografía terminan de separar la iglesia de la plaza y los comercios del resto.
Si nuestro propósito es crear un sitio, uno solo, con identidad, en el que se reconozcan todos los santaneños, debemos de eliminar esas barreras, crear un solo espacio integrado.
Partiendo del principio que la ciudad es para el ciudadano y no para el automóvil se planteó un giro en el uso actual de ese espacio urbano al convertir al peatón en centro de atención y no el vehículo. Limitamos la circulación vehicular a lo estrictamente necesario, es decir, al acceso a la escuela, al paso detrás de la iglesia y al acceso a ciertas áreas de estacionamiento (patio de la iglesia, extremos de algunas calles). Esto nos permite gozar ahora de un espacio libre de vehículos, destinado al peatón, que es lo mismo que decir espacio para el ser humano.
Las zonas peatonales en su gran mayoría estarán revestidas por un pavimento de concreto en forma de cuadrícula. Esta trama geométrica subraya el carácter urbano de Santa Ana y nos permite crear un espacio abierto y flexible, disponible para gran cantidad de actividades diversas (feria del agricultor, eventos culturales, etc.). La cuadrícula nos permite también darle al lugar un sentimiento de orden y de unidad. La forma cuadrada nos ofrece posibilidades geométricas diversas, de volúmenes que se transforman mobiliario, rampas para “patinetos”, etc. Para incentivar el sentimiento de pertenencia, algunos cuadros podrán ser donados o decorados por entidades o grupos locales, como una suerte de “Paseo de la Fama” muy costarricense.
La cuadrícula se desdibuja en las márgenes, para crear espacios de grava y sombra, que nos abrigan del sol y facilitan la evacuación de las aguas llovidas por percolación.
En oposición geométrica a la cuadrícula, dispusimos plazas circulares, cuya forma y revestimiento de piedra laja son una alusión al carácter rural del cantón. La forma es diferente pero el objetivo de crear unidad, orden y carácter permanece. Estos espacios se denominaron “espacios circulares de inclusión”.
Un primer espacio circular se dibuja entre la cuadra de la iglesia y la de la plaza, y crea una unión y apertura entre ambos, un lugar donde se puedan encontrar personas de aquí y de allá. Este espacio, a su vez, gracias a un ligero y sutil desnivel, funcionará como anfiteatro, para que grupos folclóricos, bandas y otros hagan sus espectáculos, aprovechando como tela de fondo la majestuosa arquitectura de la iglesia.
Otros elementos circulares que cumplen similar propósito se notarán redondeando esquinas, integrando comercios existentes, suavizando desniveles y uniendo visualmente el espacio de la escuela al resto del espacio. De la misma manera que la cuadrícula, estos círculos nos permiten mucha flexibilidad, esencialmente en cuanto al programa, ya que se pueden ir agregando al conjunto conforme surja la necesidad.
El tema de la cancha de fútbol fue muy debatido, con una población bastante dividida entre mantenerla o eliminarla. Darle una solución práctica a este tema nos parecía esencial para el buen acogimiento del proyecto. Así, aceptando el hecho que los espacios de césped abiertos han sido desde siempre un componente esencial en los sitios púbicos, y respondiendo al mismo orden de ideas de integración que queremos para el CHSA, decidimos que se debía mantener un espacio que permitiera el ejercicio del fútbol, siempre y cuando se pudiera configurar para permitir y alentar muchos otros tipos de actividades. La plaza de fútbol se transforma entonces en un espacio verde abierto multiuso.
Para lograr esta conciliación, ideamos un óvalo de césped que abrazara el rectángulo propuesto de la cancha, logrando diluir así sus contornos y sustraerle su forma estrictamente futbolera. Este espacio de geometría diferente invitará no sólo al ejercicio del fútbol, sino al de otros deportes y actividades al aire libre tales como el picnic, la vida familiar, etc. Se incorporan también elementos para la práctica del atletismo (salto, lanzamiento de disco, etc.).
Los jardines de la iglesia tiene también una matriz cuadricular que mimetiza los jardines monacales medievales (patrón en forma de cruz) y crea integración con el resto del CHSAP. Se concibe como un espacio para el recogimiento, la meditación y la contemplación, con cuadros de vegetación y de césped, algunos a nivel, otros elevados creando oportunidades de asientos, enmarcados por simples y muy angostos senderos.
Para asegurar la continuidad visual de todo el espacio, los pavimentos y vegetación se extienden en el espacio exterior asignado a la escuela, que por sus características de uso debe permanecer cerrado. El encierro se logrará con un elemento de diseño, en sustitución de la malla ciclón que existe en la actualidad y se busca su eficiencia, de manera que la escuela podrá prescindir de algunas de sus mallas existentes y aprovechará de forma más racional su espacio.
Por fin, el rayo de sol es el último y principal elemento de integración y de unión entre los componentes del CHSA. Este rayo es evidentemente una alegoría al cantón del sol, una de las imágenes de marca de Santa Ana. Estará hecho de material inerte que tenga reflejo y color cercano al dorado. Partiendo de la iglesia, atraviesa todo el espacio y termina su recorrido en la plaza circular frente a la escuela. Ahí, como elemento de remate, se plantará un majestuoso árbol de Guanacaste, que por su estructura, en diálogo con la iglesia, cumple una función arquitectónica y por su carácter, es digno representante del país y de sus zonas más calientes.
Este planteamiento conceptual ha sido presentado al pueblo de Santa Ana y a la Municipalidad, y aprobado en la última sesión del 31 de agosto. Sigue ahora la elaboración de planos constructivos en los cuales se formalizarán todos los elementos descritos y de orden práctico, como la evacuación de aguas llovidas y la iluminación nocturna.
Si el objetivo de la profesión de paisajista es crear espacios en armonía con el entorno y enfocados a la satisfacción del usuario, entonces, las intervenciones en espacios públicos deberían ser el paroxismo de su ejercicio. Consideramos por lo mismo que la oportunidad que se nos presenta de darle otra cara al Casco Histórico de Santa Ana y de crear un espacio mejor para la población es única e inconmensurable. Ratificamos nuestro compromiso con nuestra profesión y con la población de crear un espacio representativo de Santa Ana y de su gente, un espacio de identificación, que toda persona pueda acoger como suyo, subrayando así la larga tradición democrática del país, que representa, incluye y protege tanto sus mayorías como sus minorías, sin distinción alguna.
Bernard Sasserath
30 de septiembre 2009
Participaron:

Diseño:
• Arq. Alberto Negrini (arquitecto paisajista)
• Arq. Adriana Cruz (arquitecta paisajista)
• Sr. Bernard Sasserath (paisajista)
Presentación gráfica:
• Arq. Alejandra Orozco (arquitecta)
Coordinación:
• Sra. Joanna Cruz (diseñadora)